viernes, 15 de mayo de 2009

El caco y yo

Yo debía ser probablemente la única persona en toda la República Argentina que venía invicta en materia de sufrir cualquier tipo de hecho delictivo o intento de serlo.No es un invicto cualquiera en los tiempos que corren.Ni siquiera una cartera tajeada.
Pero no me cabía duda que lo mío era pura y exclusivamente una cuestión de suerte.Todo en mi aspecto llama a los cacos a gritos.Vengo en envase chico (aunque me queje de mis kilos de más),no paso del metro sesenta y lo que menos parezco es que vaya a poder oponer la más mínima resistencia.Admito que tengo mal carácter,pero no se me nota en la cara como para que el chorro se preocupe mucho por mi reacción,si la hubiera.Y para peor,soy muy pero muy colgada.Ando por la calle con la cabeza en cualquier lado y mirando cualquier pavada.Así que es increíble que recién ahora conozca a un caco de cerca.
Semejante tarro se traduce en que una se maneja por la vida con muy pocas precauciones.Así que ahí estaba yo,parada en una concurridísima esquina de Esmeralda y Bartolomé Mitre,mandando un mensajito con el celular (que seguramente no es tan bueno como los que usan los ladrones pero tampoco es antediluviano),cuando alguien a quien nunca ví la cara porque apareció de atrás le dió a mi aparatejo un flor de tirón...y no le sirvió.
El poder del reflejo humano es fabuloso.Lo que menos pensé en ese momento (pobre ingenua) es que alguien tuviera intención de llevarse tan impunemente un celular en el medio de cientos de personas.Nada más atiné a agarrar el teléfono con fuerza...pero no por querer evitar el robo,porque la verdad que pensé que era alguien conocido con alguna forma exótica de saludarme (nunca falta un desubicado).Pero evidentemente el reflejo de defensa ya viene incorporado,aún en las versiones small como la mía.Y el reflejo fue apretar el aparato más fuerte,junto con un musitado "ay!",que no lo escuchó ni el loro.Y el tipo siguió su ruta,mientras yo quedaba totalmente petrificada del shock y sin poder creer que me acababa de convertir en una estadística.
Démosle crédito al chorro.El tipo no sería Einstein (realmente hay lugares mejores para chorear),pero tampoco un completo idiota.Si la maniobra no es lo bastante rápida,un mínimo de resistencia equivale a que alguien se va a avivar,y con la nube de gente que había,no iba a ir muy lejos.Aún con mi metro sesenta y un par de gritos mejores que mi "ay!",hasta yo lo alcanzaba.Así que prefirió seguir su carrera hacia la próxima rubia tarada.

1 comentario:

  1. Invicta en estos tiempos que corren, es como decir ... una afortunada, yo probaria con el bingo o el quini, mi primer experiencia fue con tu marido, ambos llevandonos como el orto y tirados en el piso por orden de los malechores y yo solo pensando, me voy a morir justo hoy y con este pibe que no me banco jajajaja, como si eso fuera poco nos enserraron en el baño, y en ese momento el sentado en el inodoro y yo en una caja de elementos de limpieza clavandome el gatillo del multiuso en el tuje, me dije: Fede tiene un corazon... hasta intento calamar mi llanto, apartir de ese momento lo vi como a un ser humano jajajaja perdon qeu hable asi de tu marido, pero estaba convencida de que era androide venido de otra galaxia, y ahi empezo mi seguidilla, quede otra vez inmersa en un tiroteo en la calle, luego un punga me saco la cartera hasta que finalmente entraron los cacos a casa y nos redujeron, y a vos ni un celular te robaron???????????? definitivamente sabado en la noche andate al bingo nena andate al bingo y si sacas un carton lleno vamo y vamo

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