jueves, 3 de diciembre de 2009

Hasta la vista,baby

El domingo me voy a Mendoza con una amiga.Hostel con pileta,plan relax absoluto.Nada de niños,nada de marido,nada de responsabilidades,nada de hiper nada.Nunca me hizo tanta falta.
Los hijos son geniales,pero consumen la vida de una como vampiros.En vez de sangre,chupan tiempo.Una sabe de antemano (y si no lo sabe está frita) que no va a ser dueña de su tiempo por los próximos 18 años.Por supuesto,no es lo mismo con un hijo de 4 que uno de 14.En este momento ni siquiera soy dueña de mi vida.
Tirarme por ejemplo en una pileta el día entero al sol,como es mi la parte fundamental de mi plan cuyano,eso no está en las cartas para mí cuando de plan familiar se trata.Aún estando de vacaciones,tengo que estar constantemente alerta a que hayan comido y dormido lo suficiente,que no se ahoguen,que no se pierdan,que tengan puesto filtro y gorro todo el tiempo;y además atender los distintos mangazos:coca,helado,licuado,queijo (delicias de las playas brasileñas),etc etc.No es lo mismo que tener a laburar al otro día,pero no es la paz total tampoco.Te podés tirar en una reposera a leer,pero no podés (ni debés) desligarte del todo.
Además con el tiempo se hace acuciante la necesidad de un silencio absoluto,o por lo menos,un ambiente libre de los sonidos que una no eligió.No me gusta la tele,pero si la prendo quiero que sea para ver tranquila Sex and the city y no Ben 10 ni los Padrinos Mágicos,ni Mr. Maker ni nadie que levante siquiera levemente la voz.Quiero escuchar Evanescense y no la música de Los Simpsons.Es más,en realidad no quiero escuchar a nada ni a nadie.Puede llegar a sonar muy antipático y habrá quienes piensen que soy pésima madre,porque fue mi decisión tener hijos así que ahora me debería bancar los ruidos con una sonrisa,pero no,sorry,es lo que hay.
Así y todo no me logro desentender del todo.Como ama de casa,sí.La mía seguramente podrá sobrevivir a mi ausencia de 5 días,porque después de todo no soy amante de la limpieza y el orden,así que no creo que la cosa pueda empeorar demasiado.Pero como madre es imposible delegar absolutamente todo.Los horarios de los chicos están perfectamente cubiertos y repartidos entre papá y abuelos.Pero a mi me preocupan las cosas de las que sólo me ocupo yo.Mirar los cuadernos por si hay alguna nota.Estar atentos a los cumpleaños para ocuparse de regalos,traslados,etc.No hay ninguno previsto pero en ésta época nunca se sabe.Las rutinas de cada chico,planes espontáneos con amiguitos,lo que sea.Cómo va a hacer el padre,acostumbrado a preguntar :"que tienen este finde los chicos?" "qué les pongo?" "qué hay para que ellos coman?".Las posibilidades de desastre son infinitas.Y ni deliro con una cena de padre e hijos sentaditos a la mesa.Más bien los vislumbro tirados en el sofá comiendo pizza de delivery y viendo fútbol a todo volumen (cuando el gato histérico no está,los ratones suben el volumen).
Al mismo tiempo,siento la necesidad de alejarme,descansar y que valoren ante mi ausencia mi trabajo del día a día.Dudo que lo admitan...pero no pierdo las esperanzas!

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